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“En educación, no hay una única receta mágica; lo importante es invertir en los cocineros”
Utilizando esta metáfora, la especialista resalta lo que años de investigación le han evidenciado: la clave es privilegiar la formación de profesores para llegar a mejores resultados. Las redes de aprendizaje son cruciales en esta tarea.

Anna Pons, analista educativa de la OCDE y jefa de proyecto de Schools+ Network:

Durante los 15 años que Anna Pons lleva trabajando como analista y asesora en políticas educativas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la española ha podido recopilar una serie de datos respecto a cómo se experimenta la educación alrededor del mundo. Chile —comenta a modo de ejemplo— destaca por tener una de las jornadas escolares más extensas: si durante básica y los primeros años de enseñanza media las naciones OCDE promedian 7.634 horas de instrucción obligatoria, en el país esa cifra llega a 8.297.

Por otro lado, si en Shanghái el 72% de los profesores dice sentir que su trabajo es valorado, a nivel nacional la cifra es de solo 15%. Y aunque se celebra que siete de cada 10 docentes locales establezcan los objetivos de aprendizaje en sus clases —una práctica que ayuda a los alumnos a entender por qué están estudiando un tópico en particular—, todavía falta que a esos mismos estudiantes se les dé más espacio para reflexionar por su cuenta sobre lo que van aprendiendo.

“Hay poca oportunidad para que los jóvenes desarrollen su propia metacognición”, resume Pons en un café en Santiago y durante una pausa de los seminarios y reuniones a las que fue invitada a participar en el país.

Entre estos múltiples encuentros, destaca una reunión con representantes de la Red de Escuelas Líderes, iniciativa que reúne a establecimientos educativos de todo Chile situados en contextos de alta vulnerabilidad, que tienen el objetivo de trabajar la mejora educativa de forma conjunta, compartiendo experiencias pedagógicas y desarrollando instancias de trabajo colaborativo. Más de 100 escuelas participan en esta iniciativa, que tiene a las fundaciones Chile, Minera Escondida, educacional Arauco y educacional Oportunidad, además de “El Mercurio”, como sus socios.

Justamente, parte de la investigación de Pons pasa por recopilar evidencia respecto a la importancia de este tipo de propuestas en equipo.

Mejorar la calidad

Siguiendo esta lógica, en mayo de 2023, bajo el liderazgo de Anna Pons surgió Schools+ Network, iniciativa que supone que organizaciones educativas de todo el mundo sean parte de círculos de aprendizaje con otras escuelas innovadoras, repartidas en distintas regiones.

La Red de Escuelas Líderes, representada por el Colegio Inglés Saint Matthew de Villarrica y el Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente San Nicolás, en Ñuble, forma parte de Schools+ desde entonces.

El programa nació luego de un video study que implicó poner cámaras en distintas aulas, de diferentes regiones geográficas, para “tratar de comprender cómo enseñan los docentes y cómo eso se relaciona con los resultados de sus estudiantes”, dice.

“Así observamos que las mejoras en educación pasan por las mejoras en la calidad. Y mejorar la calidad, en este caso, es mejorar la calidad docente. Sabemos que eso es lo que más importa para la calidad del sistema educativo”, explica la especialista. “En educación, no hay una única receta mágica; lo importante es invertir en los cocineros”. Y en este contexto, los cocineros son los profesores.

Respecto a este punto, Pons señala que Chile fue uno de los países que participó en este estudio con videos, y que de esta forma se pudo constatar que la calidad de sus prácticas docentes es poco uniforme. “En Chile vimos prácticas de alta calidad, pero también vimos docentes en dificultades, mostrando prácticas que podrían mejorarse. ¿Esto qué quiere decir? Que la brecha entre unos y otros es mucho más amplia que en otros territorios, como Shanghái o Japón. No es que en el país no tengan a algunos de los mejores, es que se debe tratar de federar esos esfuerzos para aprender juntos, que es lo que hacen estas otras naciones, con mecanismos sistemáticos para apoyar a todos. No hay que dejar a las escuelas vulnerables y aisladas, sino tratar de construir comunidades de aprendizaje”.

Pons vuelve a las cifras para ejemplificar su punto: mientras que en Singapur más del 60% de los profesores ha tenido la oportunidad de participar en comunidades y redes de aprendizaje en las que se comparten buenas prácticas, a nivel nacional “es menos del 20%”, lamenta.

Si se compara el porcentaje de docentes que han contado con mentorías al comenzar su trabajo en aula, se vuelve a notar una enorme diferencia: el país del sudeste asiático alcanza más del 60% y Chile no llega al 8% del total.

Inspirarse entre pares

“No hay nada más poderoso que permitir a los docentes que observen a sus pares y se inspiren”, indica. “Necesitamos un cambio cultural que rompa el esquema de la caja, del aula como un espacio cerrado donde solamente entra uno”.

Asimismo, continúa Pons, lo que debería importar “no es aplicar siempre un único método, lo que importa es el estudiante; equipar a los docentes con estas distintas metodologías y empoderarlos como profesionales para que puedan utilizar la que crean más correspondiente en función de la situación, del objetivo de aprendizaje y del contexto de sus alumnos”.

M. Cordano
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