El Mercurio Reportajes
-Prensa Papel domingo, agosto 11, 2024
Reportajes
lunes, agosto 12, 2024 4:00 a. m.
“Los venezolanos somos muy de piel, de emociones”
—¿Qué es lo que más echa de menos de Venezuela?
—El cariño de la gente y las playas.
—¿Qué es lo bueno y lo malo de participar en política?
—Lo bueno es reconocer en mí misma el valor de ejercer la ciudadanía, como mujer es muy potente dar ejemplo en la participación y asumir roles. Lo malo es que no siempre todos tienen el mismo compromiso ni pasión.
—¿Cómo espera que se resuelva la crisis en Venezuela?
—Imperando el deseo de los venezolanos que votaron el 28 de julio. Con el trabajo en conjunto con países como Chile.
—¿Fue muy difícil acostumbrarse al clima santiaguino?
—Hasta en verano uso sweater de noche, así que imagínense lo que me cuesta el invierno.
—¿En qué se diferencia la personalidad de venezolanos y chilenos?
—He conocido al chileno pragmático y ordenado en sus pensamientos. Los venezolanos somos muy de piel, de emociones. Tradicionales.
—¿Le costó acostumbrarse al castellano de los chilenos?
—Jajajá, sí. En mi primera pega en Chile, les pedía a los clientes que volvieran a llamar, les decía: “Se escucha entrecortado” y colgaba. Era que no entendía. Les pedía a mis compañeros de trabajo que atendieran ellos y me tradujeran. También la primera periodista que me entrevistó en Chile al finalizar me dijo “te pasaste”, y yo me preocupé. Pensé “metí la pata, hice algo malo”.
—¿Se le han pegado chilenismos? ¿Cuál es el que más usa?
—Siiii po, varios, tengo seis años en Chile, ¿cachai? En Venezuela está mal pelao'' el chancho, por eso los venezolanos nos montamos en la misma micro con María Corina y el Edmundo González. ¡Con too'' sino pa qué!
—Pasea mucho fuera de Santiago. ¿Qué lugares recomienda?
—El Cajón del Maipo, todo el rato. Siempre es lindo panorama.
—Es fan del persa Biobío. ¿Cuáles son sus imperdibles?
—Las antigüedades, los rinconcitos de monitos, la comida: que va desde la francesa, peruana, chilena, italiana, coreana, y hasta un local de venezolanos que se llama la Fiambrería, te mueres lo rico que es todo. El sándwich de mortadela con pistacho y burrata me encanta. Y terminar con mi café preferido, un espresso de Kilig. Orgullo venezolano.
—Cuentan que ha probado casi todas las picadas del centro, ¿cuál es su preferida?
—Me siguen faltando muchas. En todas hay algo destacable. El chileno de barrio es muy amable, lindas personas. Me pongo para diseñar “El tour de la picá en Stgo”, jajajá. Hablando en serio, fortalecer los negocios locales va casado con mejor seguridad en la comuna.
—¿Cuáles son sus comidas chilenas favoritas?
—La empanada de pino bien hecha es un manjar. El pastel de choclo y la pastelera. El pulmay, que más que un plato, es un momento que honra las raíces del origen ancestral y reúne a los afectos. El ceviche de cochayuyo es un must en mi depa. Mi mamá lo prepara, le queda increíble. Cuando llegué a Chile, pensé que era una cuerda que vendían en la feria, no entendía, ahora lo como frecuentemente.
—¿Y venezolanas?
—Las caraotas (los porotos) negros CON AZÚCAR. Al igual que la humita con o sin azúcar, los venezolanos tenemos esa cosa que si le agregamos o no azúcar a los porotos negros. La empanada venezolana rellena con carne mechada guisada en aceite onotado me encanta siempre. #Chancha, que la servilleta se empape en aceite con una malta bien fría.
—¿Por qué lleva siempre en su cartera una bolsa de merkén?
—¡Porque es lo mejor de Chile! Y se lo pongo a todo. Me gusta la comida picante.
—Si revisáramos su cartera, ¿qué otras cosas inesperadas encontraríamos?
—Dinero en efectivo siempre, me queda esa costumbre venezolana.
—Su perro tiene un nombre especial. Cuéntenos...
—Santiago Caracas, las capitales de mis dos países. Aunque le llamo Santi para que obedezca por el nombre corto. Mi negrito es rescatado en una toma de Coquimbo. Es exquisito. Dormimos juntos.
—Se acerca el 18 de septiembre, ¿usted lo celebra?
—Obvio. Es la mejor semana de Chile, el país unido en alegría. Es como nuestro diciembre.
—En Instagram tiene una publicación titulada “La novia que se casó con ella misma”. ¿Nos puede contar la historia?
—Una vez me iba a casar y no se dio. Estoy agradecida por eso. La vida te va madurando y definiendo. Tengo el vestido aún, precioso. Quizás lo ocupe al regreso a Venezuela a casarme con la democracia y no divorciarnos NUNCA MÁS.
Guarequena Gutiérrez Académica de la U. del Alba y exembajadora de Juan Guaidó
—El cariño de la gente y las playas.
—¿Qué es lo bueno y lo malo de participar en política?
—Lo bueno es reconocer en mí misma el valor de ejercer la ciudadanía, como mujer es muy potente dar ejemplo en la participación y asumir roles. Lo malo es que no siempre todos tienen el mismo compromiso ni pasión.
—¿Cómo espera que se resuelva la crisis en Venezuela?
—Imperando el deseo de los venezolanos que votaron el 28 de julio. Con el trabajo en conjunto con países como Chile.
—¿Fue muy difícil acostumbrarse al clima santiaguino?
—Hasta en verano uso sweater de noche, así que imagínense lo que me cuesta el invierno.
—¿En qué se diferencia la personalidad de venezolanos y chilenos?
—He conocido al chileno pragmático y ordenado en sus pensamientos. Los venezolanos somos muy de piel, de emociones. Tradicionales.
—¿Le costó acostumbrarse al castellano de los chilenos?
—Jajajá, sí. En mi primera pega en Chile, les pedía a los clientes que volvieran a llamar, les decía: “Se escucha entrecortado” y colgaba. Era que no entendía. Les pedía a mis compañeros de trabajo que atendieran ellos y me tradujeran. También la primera periodista que me entrevistó en Chile al finalizar me dijo “te pasaste”, y yo me preocupé. Pensé “metí la pata, hice algo malo”.
—¿Se le han pegado chilenismos? ¿Cuál es el que más usa?
—Siiii po, varios, tengo seis años en Chile, ¿cachai? En Venezuela está mal pelao'' el chancho, por eso los venezolanos nos montamos en la misma micro con María Corina y el Edmundo González. ¡Con too'' sino pa qué!
—Pasea mucho fuera de Santiago. ¿Qué lugares recomienda?
—El Cajón del Maipo, todo el rato. Siempre es lindo panorama.
—Es fan del persa Biobío. ¿Cuáles son sus imperdibles?
—Las antigüedades, los rinconcitos de monitos, la comida: que va desde la francesa, peruana, chilena, italiana, coreana, y hasta un local de venezolanos que se llama la Fiambrería, te mueres lo rico que es todo. El sándwich de mortadela con pistacho y burrata me encanta. Y terminar con mi café preferido, un espresso de Kilig. Orgullo venezolano.
—Cuentan que ha probado casi todas las picadas del centro, ¿cuál es su preferida?
—Me siguen faltando muchas. En todas hay algo destacable. El chileno de barrio es muy amable, lindas personas. Me pongo para diseñar “El tour de la picá en Stgo”, jajajá. Hablando en serio, fortalecer los negocios locales va casado con mejor seguridad en la comuna.
—¿Cuáles son sus comidas chilenas favoritas?
—La empanada de pino bien hecha es un manjar. El pastel de choclo y la pastelera. El pulmay, que más que un plato, es un momento que honra las raíces del origen ancestral y reúne a los afectos. El ceviche de cochayuyo es un must en mi depa. Mi mamá lo prepara, le queda increíble. Cuando llegué a Chile, pensé que era una cuerda que vendían en la feria, no entendía, ahora lo como frecuentemente.
—¿Y venezolanas?
—Las caraotas (los porotos) negros CON AZÚCAR. Al igual que la humita con o sin azúcar, los venezolanos tenemos esa cosa que si le agregamos o no azúcar a los porotos negros. La empanada venezolana rellena con carne mechada guisada en aceite onotado me encanta siempre. #Chancha, que la servilleta se empape en aceite con una malta bien fría.
—¿Por qué lleva siempre en su cartera una bolsa de merkén?
—¡Porque es lo mejor de Chile! Y se lo pongo a todo. Me gusta la comida picante.
—Si revisáramos su cartera, ¿qué otras cosas inesperadas encontraríamos?
—Dinero en efectivo siempre, me queda esa costumbre venezolana.
—Su perro tiene un nombre especial. Cuéntenos...
—Santiago Caracas, las capitales de mis dos países. Aunque le llamo Santi para que obedezca por el nombre corto. Mi negrito es rescatado en una toma de Coquimbo. Es exquisito. Dormimos juntos.
—Se acerca el 18 de septiembre, ¿usted lo celebra?
—Obvio. Es la mejor semana de Chile, el país unido en alegría. Es como nuestro diciembre.
—En Instagram tiene una publicación titulada “La novia que se casó con ella misma”. ¿Nos puede contar la historia?
—Una vez me iba a casar y no se dio. Estoy agradecida por eso. La vida te va madurando y definiendo. Tengo el vestido aún, precioso. Quizás lo ocupe al regreso a Venezuela a casarme con la democracia y no divorciarnos NUNCA MÁS.
Guarequena Gutiérrez Académica de la U. del Alba y exembajadora de Juan Guaidó
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