
Carta al director del rector Rafael Rosell Aiquel: Violencia en educación
Señor director Hace cinco años, nuestra comunidad universitaria vivió uno de sus momentos más difíciles la quema y vandalización de la histórica casona Schneider, nuestra Sede Central en ese entonces. Aquel acto de violencia dejó una profunda marca en quienes formamos parte de la Universidad del Alba y, paradójicamente, también dio paso al renacimiento de nuestra institución bajo los valores de humanidad, inclusión y solidaridad
Hoy, mientras nos preparamos para conmemorar el Día del Alba, en que recordamos esta fecha, hemos conocido con gran consternación la trágica noticia de los estudiantes del Internado Nacional Barros Arana, quienes se encuentran en estado crítico tras un episodio de violencia que lamentablemente vuelve a sacudirnos como sociedad
La violencia persiste en nuestros espacios educativos y nos interpela a todos. Es un llamado urgente a la reflexión y a la acción conjunta. Nuestra experiencia nos ha enseñado que es posible reconstruir y renacer, pero también que la tarea de erradicar la violencia es responsabilidad de toda la comunidad, dentro y fuera de las aulas. Solo mediante n trabajo colectivo y comrometido podremos lograr jue nuestros espacios eduativos sean lugares seguros de paz, donde los jóvenes uedan desarrollar todo su otencial
El derecho a la educación lebe ser irrestrictamente lefendido. Por esto, nuesra misión debe ser más irme que nunca unificar uestras acciones para que 1 educación se erija como in espacio de esperanza y onstrucción de futuro, libre e violencia
Hoy, mientras nos preparamos para conmemorar el Día del Alba, en que recordamos esta fecha, hemos conocido con gran consternación la trágica noticia de los estudiantes del Internado Nacional Barros Arana, quienes se encuentran en estado crítico tras un episodio de violencia que lamentablemente vuelve a sacudirnos como sociedad
La violencia persiste en nuestros espacios educativos y nos interpela a todos. Es un llamado urgente a la reflexión y a la acción conjunta. Nuestra experiencia nos ha enseñado que es posible reconstruir y renacer, pero también que la tarea de erradicar la violencia es responsabilidad de toda la comunidad, dentro y fuera de las aulas. Solo mediante n trabajo colectivo y comrometido podremos lograr jue nuestros espacios eduativos sean lugares seguros de paz, donde los jóvenes uedan desarrollar todo su otencial
El derecho a la educación lebe ser irrestrictamente lefendido. Por esto, nuesra misión debe ser más irme que nunca unificar uestras acciones para que 1 educación se erija como in espacio de esperanza y onstrucción de futuro, libre e violencia

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