Para los expertos, la tecnología que se incorporó podría haber llegado para quedarse, pero piden al INE entregar datos de cuánta efectividad tuvo.

El operativo, que duró cinco meses, no estuvo exento de dificultades

La desconfianza en las personas, la seguridad y el fallido ingreso a algunas zonas de alta complejidad son parte de los hitos que vivió este Censo 2024, cuyo operativo en terreno llega a su fin tras un extenso proceso que se debió alargar en dos oportunidades, ya que originalmente se había dicho que duraría 12 semanas.

Para los expertos, si bien dicen que aún se deben esperar los resultados que entregue el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el balance de lo hecho hasta ahora da cuenta de elementos positivos que se deben incorporar en las próximas mediciones, pero también la necesidad de revisar en dónde hubo mayores dificultades.

Y es que, en sus inicios, el operativo estuvo acompañado de una fuerte campaña de desinformación en redes sociales que llamaba a no responder el censo. Pese a que el INE no entregará la tasa de respuesta hasta dentro de unos meses, en la última información disponible, del 26 de junio, señalaron que cerca del 4% de los hogares no había respondido el cuestionario aún.

Luego, la inseguridad se volvió un desafío y también generó críticas, ya que el operativo fue incapaz de entrar a la comunidad mapuche de Temucuicui, en La Araucanía, luego de que las organizaciones que allí residen se negasen a participar del proceso.

Entre lo destacable, dicen los especialistas, está la incorporación de nuevas tecnologías en donde se puso un fuerte énfasis en los últimos meses para que los hogares se censaran a través de internet.

Ad portas de su fin, esta semana su director, Ricardo Vicuña, hizo un balance positivo y señaló que “hoy día podemos decir, afortunadamente, que estamos concluyendo un proceso de buena forma”.

Evaluación del proceso

Para el exministro Cristián Monckeberg, actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la U. del Alba, “fue correcta la extensión que permitió llegar a más hogares. Ahora, lamentablemente, las cifras son todavía especulativas, por lo que se necesitan datos más exactos para saber si se cumplió lo planteado”.

Sobre los desafíos, dice que es “sumamente importante” no solo la información obtenida, sino también cuáles fueron los lugares en donde el operativo no logró ingresar.

María Paz Trebilcock, académica de la U. Alberto Hurtado, cree que se hace necesario esperar los datos que entregue el INE para ver, por ejemplo, cuánto éxito tuvo la incorporación de la tecnología y cuántos fueron censados con dicha herramienta. “Dentro de los aprendizajes está entregar una mayor flexibilidad de tiempo para poder recoger las respuestas”, dice.

Frente a la importancia que puede tener para otros censos la metodología aplicada en esta ocasión, el académico de la U. de los Andes Andrés Barrios cree importante generar reportes desagregados a lo largo del país con los datos de coberturas parciales y totales, además de analizar cuántas respuestas fueron presenciales y cuántas online.

“Me parece que es difícil que podamos volver a aplicar los censos como lo hacíamos antes, por lo que creo que es muy importante que ahora podamos analizar con detención el proceso”, enfatiza.

Según ha señalado el INE, la información se entregará en dos tandas. Entre fines de 2024 e inicios de 2025 se dará a conocer el recuento de viviendas y población censada y, luego, a fines del año que viene o incluso inicios de 2026 el resto de los datos.

Contactado para participar no hubo respuesta del organismo.

Juan Pablo Guzmán