DF
-Prensa Papel viernes, junio 28, 2024
Editorial
viernes, junio 28, 2024 6:12 a. m.
GRANDES PROYECTOS
Diversos mega proyectos se mantienen en el limbo administrativo, pese al impacto que significarían en empleo y crecimiento .
“Nadie en su sano juicio va a iniciar una inversión de US$ 4.000 millones cuando el proyecto se puede demorar 14 años”. Con esta frase, el presidente de CMPC describió a comienzos de semana el dilema que enfrentan en Chile los grandes proyectos de inversión: la incertidumbre ante un excesivo tiempo de tramitación y aprobaciones. Y aunque la crítica, explícitamente, no se dirigió a este Gobierno en particular, pues este panorama ha trascendido a las últimas administraciones, llamó la atención tanto el tono de la réplica del ministro de Hacienda, quien aludió a hechos no relacionados, como el fondo de la misma, considerando que la preocupación puesta sobre la mesa es compartida por diversos actores del mundo empresarial y del propio Ejecutivo.
El titular de las finanzas públicas pidió “más prudencia y compromiso a una empresa que protagonizó un grave episodio de colusión” y aseguró que firmas de distintas partes del mundo quieren invertir en Chile. Y aunque es cierto que no se puede sino condenar los actos que van en contra de la libre competencia y que la cartera de inversiones ha crecido en unos US$ 20 mil millones para 2025-2027, de acuerdo con las cifras de la Corporación de Bienes de Capital, el problema no es ése.
Puntualmente, lo que se desprende de las palabras del presidente de CMPC es que la compañía no está llevando adelante en el país proyectos que tengan una inversión de alta magnitud, como los que sí tiene en jurisdicciones como Brasil, debido a que existe un desfavorable clima hacia las grandes iniciativas. Y esto va desde la oposición per se de grupos de presión, hasta el inexplicable e ineficiente escenario en el que un desarrollo de grandes magnitudes puede no ver nunca la luz.
Diversos mega proyectos han terminado por más de una década paseándose por la institucionalidad gubernamental y judicial, sin poder concretarse. Se trata de inversiones que hubieran significado empleo, crecimiento y desarrollo para el país, pero que no se realizaron o que se mantienen en el limbo administrativo.
No está demás recordar que el Gobierno ha admitido este problema, tanto así que el ministro de Economía, Nicolás Grau, detalló en el mismo foro en el que CMPC puso este tema en debate, que el Ejecutivo está llevando adelante reformas para destrabar el clima de negocios que enfrentan las empresas en Chile.
Este no es un tema adjudicable a un Gobierno en particular, sino más bien respecto a cómo opera el Estado; pero es absolutamente necesario contar con las señales adecuadas de quienes tienen el mando y la conducción de las políticas económicas. Declaraciones de tono revanchista aportan poco a resolver la duda de fondo, la incerteza de invertir más de US$ 4 mil millones y no ver esos recursos paralizados por más de 10 años.
“Nadie en su sano juicio va a iniciar una inversión de US$ 4.000 millones cuando el proyecto se puede demorar 14 años”. Con esta frase, el presidente de CMPC describió a comienzos de semana el dilema que enfrentan en Chile los grandes proyectos de inversión: la incertidumbre ante un excesivo tiempo de tramitación y aprobaciones. Y aunque la crítica, explícitamente, no se dirigió a este Gobierno en particular, pues este panorama ha trascendido a las últimas administraciones, llamó la atención tanto el tono de la réplica del ministro de Hacienda, quien aludió a hechos no relacionados, como el fondo de la misma, considerando que la preocupación puesta sobre la mesa es compartida por diversos actores del mundo empresarial y del propio Ejecutivo.
El titular de las finanzas públicas pidió “más prudencia y compromiso a una empresa que protagonizó un grave episodio de colusión” y aseguró que firmas de distintas partes del mundo quieren invertir en Chile. Y aunque es cierto que no se puede sino condenar los actos que van en contra de la libre competencia y que la cartera de inversiones ha crecido en unos US$ 20 mil millones para 2025-2027, de acuerdo con las cifras de la Corporación de Bienes de Capital, el problema no es ése.
Puntualmente, lo que se desprende de las palabras del presidente de CMPC es que la compañía no está llevando adelante en el país proyectos que tengan una inversión de alta magnitud, como los que sí tiene en jurisdicciones como Brasil, debido a que existe un desfavorable clima hacia las grandes iniciativas. Y esto va desde la oposición per se de grupos de presión, hasta el inexplicable e ineficiente escenario en el que un desarrollo de grandes magnitudes puede no ver nunca la luz.
Diversos mega proyectos han terminado por más de una década paseándose por la institucionalidad gubernamental y judicial, sin poder concretarse. Se trata de inversiones que hubieran significado empleo, crecimiento y desarrollo para el país, pero que no se realizaron o que se mantienen en el limbo administrativo.
No está demás recordar que el Gobierno ha admitido este problema, tanto así que el ministro de Economía, Nicolás Grau, detalló en el mismo foro en el que CMPC puso este tema en debate, que el Ejecutivo está llevando adelante reformas para destrabar el clima de negocios que enfrentan las empresas en Chile.
Este no es un tema adjudicable a un Gobierno en particular, sino más bien respecto a cómo opera el Estado; pero es absolutamente necesario contar con las señales adecuadas de quienes tienen el mando y la conducción de las políticas económicas. Declaraciones de tono revanchista aportan poco a resolver la duda de fondo, la incerteza de invertir más de US$ 4 mil millones y no ver esos recursos paralizados por más de 10 años.
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