Las regiones de Los Lagos y Aysén concentran los terrenos DRC, es decir, con Derechos Real de Conservación. Eso se trata de adquirir un loteo, pero cuyo objetivo no es sacarle provecho construyendo sobre él, sino que al revés. El punto de comprarlo es para preservar el patrimonio ambiental de forma privada.

Según consignó Las Últimas Noticias, cerca del 20% de los proyectos de la Región de Aysén tienen esta figura. En tanto, en Los Lagos es el 13%, según datos de PortalTerreno.com.

En los terrenos DRC, lejos de subdividir porciones de tierra y maximizar su rentabilidad, lo más importante es que “el medio natural nos indique qué podemos hacer y qué no”, señaló Camilo González, gerente de operaciones de Genau Green. Esta una empresa que se dedica a vender paños para su conservación.

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“Si a esto de la suma un DRV (gravamen directo al predio que limita ciertos usos y acciones que dañen el campo), lo que resulta es una parcela con total sentido y justificación de por qué tiene determinada forma y se encuentra en el lugar donde está “, agregó.

De acuerdo a González, las personas que compras estos loteos “suelen ser personas con alta conciencia ambiental y también personas que quieren participar del desafío de la sustentabilidad y conservación. También son aquellos que buscan invertir en instrumentos altamente rentables, pero con un enfoque distinto”.

Cada terreno tiene un límite de lo que se puede construir, por eso al comprar uno “se entregan unas guías de arquitectura sustentable” para que los clientes tengan claro qué pueden hacer y qué no.

Un caso de compra es el publicista Maximiliano López (35), quien compró un lote de tres hectáreas con DRC en Puerto Montt hace dos meses. Todavía no conoce lo que adquirió y dice que en el futuro lo gustaría venderlo, “esperando que gane plusvalía”.

Sobre cómo lo compro, dijo que “me ofrecieron un leasing a 30 años y estoy pagando $280 mil al mes. También puedo vender la deuda. Me quedo con la diferencia y la persona sigue pagando”.

En declaración con el mismo medio, López explicó que “hay todo un tema legal de conservación. Yo no puedo llegar y construir cualquier cosa, un casino, por ejemplo. Me llamó mucho la atención el concepto de preservar la naturaleza y creo que una parcela normal no va a tener el mismo valor que un lugar que pueda preservar esa diversidad.

Por eso lo vi como una inversión”.

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