Con un solo clic se puede crear una criptomoneda asociada a una imagen viral de internet.

Ítem de inversión voluble

El 13 de julio de este año, tras el intento de asesinato de Donald Trump, se creó la criptomoneda ear (oreja). “La moneda refleja la increíble fuerza de su oreja, y cómo aguanta después de ser alcanzada por una bala”, describe el sitio especializado Gecko Terminal. En sus primeras 24 horas, esta memecoin, o moneda meme, fue comprada por 9.000 personas. Pero dos meses después, alcanzó un precio un 99,7% inferior al de su peak.

Un meme es una imagen, video o texto humorístico que se copia y difunde rápidamente en internet. Inspirándose en ellos nacen las memecoins, monedas creadas como una forma de sátira u homenaje a la cultura de internet. La primera memecoin fue dogecoin (doge), nacida en 2013 como alternativa a las criptomonedas tradicionales. Inspirada en el meme de un perro de raza Shiba Inu, en 2021 se convirtió en una de las diez mayores criptomonedas por capitalización de mercado. Hoy se ubica en el número nueve, con un circulante de US$ 14.500 millones.

Andrés Peña, cofundador de Mushroom Protocol y exeditor de BeinCrypto, destaca que las memecoins no aportan ningún valor agregado a nivel tecnológico, pero sí reúnen comunidades. “Formar parte de este chiste, hacer memes y publicaciones en redes sociales es lo que da valor al token y hace que nuevas personas quieran invertir en ellas”, afirma. De hecho, en mayo pasado se celebró en Lisboa (Portugal) la Memecon, la primera conferencia sobre memecoins de la historia. Una “revolución cultural” con charlas, paneles, fiestas y más de 5.000 asistentes.

Precios volátiles

Según Dune Analytics, en los seis primeros meses de 2024 entraron en circulación casi 1,7 millones de monedas meme. Crearlas es tan fácil como hacer clic en páginas destinadas a esos efectos, eligiendo la foto que se quiera utilizar como meme.

Pero los expertos advierten que, a diferencia de bitcóin y ethereum, por ejemplo, las memecoins no priorizan la descentralización, seguridad y escalabilidad. “Yo podría lanzar una hoy y ponerla a la venta, pero si me quedo con un porcentaje muy alto, podría decidir venderlas todas de golpe y hacer que la gente que compró pierda dinero”, explica Peña.

Los precios también están a merced de su popularidad en las redes sociales. Messi y Ronaldinho promocionaron la memecoin “Water” en Instagram este año, aumentando su precio un 400% en solo tres horas. Del mismo modo, en los últimos años, cada vez que Elon Musk se ha referido en su cuenta de X a la dogecoin, su precio ha subido o bajado rápidamente.

“Es muy importante que los consumidores se informen antes de comprarlos, ya que no necesariamente son activos que subirán de valor o lo mantendrán, y solo podría tratarse de representaciones únicas hechas a partir de la tecnología blockchain que puedan más bien ser coleccionadas, que transadas en algún mercado”, advierte Cristián Reyes Cid, profesor del diplomado de Libre Competencia de la Pontificia Universidad Católica.

Caterinna Giovannini